Si Haití fuera una economía pujante, fuera nuestro
principal destino de exportaciones totales. De hecho, desde el año 2010
Haití supera a Estados Unidos como nuestro primer destino de exportaciones nacionales
(de empresas dominicanas), esto debido a los enormes gastos que se
están haciendo en la reconstrucción del país tras el terremoto
(varillas, cemento, etc.). Además, Haití tiene muchísima mano de obra
muy barata desperdiciada, que podría competir eficazmente contra
Centroamérica (lo que nosotros no hacemos), pero que por su
inestabilidad política, pésimas infraestructuras y pésima educación
(analfabetismo), no recibe inversiones.
Si en Haití están en condiciones muy miserables,
nosotros no podemos estar todos los años de fiesta y mirar para el otro
lado, dizque porque lo que le aportaríamos a Haití de ninguna manera
sería suficiente.
La cuestión no es si lo que aportamos es objetivamente
poco o mucho para lo que necesita Haití. La cuestión es si
verdaderamente estamos comprometidos en ayudarlos. No podemos tener el
mismo o menor grado de compromiso que tiene Estados Unidos con Haití.
Nuestro compromiso tiene que ser mayor porque somos los que más cerca
estamos y compartimos una sola isla. ¿Qué acaso los pobres no se ayudan entre ellos?
Hay que diseñar un plan de transferencia fiscal a
Haití, incluirlo en la END (Estrategia Nacional de Desarrollo). A
condición que Haití termine sus programas de compras con Estados Unidos y
nos compre a nosotros. Un mayor comercio beneficiará a ambas naciones.
Las economías de ambas naciones están inherentemente entrelazadas. El
dinero que transfiera el gobierno a Haití será devuelto en compras.
Obviamente, tiene que haber un compromiso político muy
serio de la sociedad civil haitiana, para la estabilidad política del
país y el combate a la corrupción, sino de nada servirá nada. Con la
carta de las transferencias fiscales más la regulación del comercio
fronterizo, República Dominicana puede y debe usar esos mecanismos para
influir en la toma de decisiones en Haití.
En la medida de que se vayan captando buenas señales
desde la sociedad civil haitiana, en esa misma medida República
Dominicana puede ir ayudando económicamente a Haití. Hay que tener
esperanza de que las cosas cambien para bien, y nosotros podemos formar
parte de ese proceso de cambio de nuestro pueblo hermano.
Propuesta de transferencia fiscal para Haití, a incluir en la Estrategia Nacional de Desarrollo:
0.3% del PIB 2017-2022.
0.5 % del PIB 2022-2032.
1% del PIB 2032-2052.
0.7 % del PIB 2052-2062.
0.5% del PIB 2062-2072.
55 años en total.
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